Diseñar ciudades adecuadas para las mujeres

Lo que la vida urbana nos dice sobre la desigualdad de género

En teoría, las ciudades ofrecen oportunidades igualitarias. Están abiertas a cualquier persona que quiera dar lo mejor de sí misma en una vida cultural, satisfactoria, diversa y económicamente exitosa.

La realidad, sin embargo, muestra que la mayoría de las ciudades fueron construidas por y para hombres, y con poca o ninguna consideración por las necesidades, aspiraciones o seguridad de las mujeres y de las niñas.

Las “sanciones” que pagan las mujeres por vivir en las ciudades incluyen la violencia, la pobreza, el trabajo desigual y no remunerado de cuidados, oportunidades laborales limitadas y falta de poder en la toma de decisiones públicas y privadas.

Esta discriminación al 50 % de la población tiene consecuencias reales para cientos de millones de personas y, si no se hace nada al respeto, seguirá haciéndolo a un ritmo creciente.

Hoy, poco más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. Se prevé que, para 2050, ese número aumente a 68 %. Para 2030, se espera que el mundo tenga 43 megaciudades de más de 10 millones de personas, la mayoría de ellas en el sur global.

Esas ciudades no se desarrollarán bien si las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres de decidir de qué manera las urbes se planifican y administran.

La igualdad de género está integrada en cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, las mujeres y las niñas enfrentan inmensas barreras estructurales y sociales para vivir vidas que sean justas, inclusivas y sostenibles.

Cuando las mujeres miran las ciudades, ¿qué ven?

Ciudades = peligro

Tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, las mujeres, las niñas y las personas LGBTQIA+ enfrentan peligros cuando salen a la calle.

En Irlanda, el 55 % de las mujeres se sienten inseguras en el transporte público después del anochecer. En el Reino Unido, el 71 % han sufrido algún tipo de acoso sexual público. Entre las mujeres de 18 a 24 años, el porcentaje aumenta al 97 %.

En Jordania, el 47 % de las mujeres encuestadas ha rechazado una oportunidad de trabajo debido a la asequibilidad y disponibilidad del transporte público, y al miedo al acoso sexual público. En la ciudad de Nueva York, las mujeres gastan un promedio de USD 26 a 50 adicionales en transporte al mes por razones de seguridad.

Los datos de una encuesta en Hawassa, Etiopía, muestran que el 50,8 % de las mujeres y las niñas han experimentado violencia mientras usaban el transporte público.

Ciudades = un entorno injusto

Las mujeres se benefician menos de la vida en las ciudades que los hombres.

A menos que tengas el privilegio de vivir en una ciudad como Barcelona, con sus “superilles”, o en Viena, con sus generosos asientos públicos y calles con nombres de mujeres líderes, el sesgo de género está literalmente integrado en los espacios urbanos.

La forma en que las ciudades se diseñan, se construyen, se administran y se mantienen afecta el aprendizaje, el trabajo, el ocio y la participación política y cultural de las mujeres. Puede fomentar redes comunitarias y moldear cómo de seguras se sienten en su vida diaria. O no.

¿No puedes encontrar un baño público o un cambiador de bebés o un lugar para amamantar? ¿O un parque seguro y accesible para reunirte con amigos? ¿Están las calles anchas atascadas de coches mientras que las aceras son demasiado estrechas? ¿Es la infraestructura para bicicletas insegura o inexistente? Si la respuesta a estas preguntas es un sí, entonces es probable que las mujeres no tuvieran una voz significativa en la forma en que se construyó o se administra tu ciudad.

En todo el mundo, una de cada tres mujeres no tiene baños seguros e inclusivos. La falta de espacios públicos y parques seguros, así como el alojamiento inasequible, promueven la exclusión y la violencia de género, especialmente para las mujeres mayores y discapacitadas.

Ya sean estatuas, monumentos o nombres de calles, las ciudades refuerzan constantemente los logros de los hombres, lo que reduce el interés de las niñas por la política, la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. La validación visual constante de los líderes masculinos puede generar un escaso sentido de pertenencia para las mujeres.

¿Qué tiene que cambiar?

Igualdad en número de baños...

Baño de mujeres

Baño de hombres

...no significa paridad.

Baño de mujeres

Baño de hombres

En promedio, las mujeres esperan 6 veces más tiempo que los hombres.
*Fuente: The Guardian

Ciudades = una nueva forma de vivir

“Diseñando ciudades que se adecuen a las mujeres”, un estudio desarrollado por Arup, el PNUD y la Universidad de Liverpool, analiza la vida urbana contemporánea (como rara vez se ha hecho antes) desde la perspectiva de mujeres de diferentes edades, etnias, orientación sexual y orígenes socioeconómicos.

Este estudio presenta formas de hacer que la planificación urbana funcione no solamente para los hombres, considerando la salud y el bienestar, el potencial humano, la seguridad y la equidad.

También explica que las mujeres y las niñas necesitan recursos y oportunidades equitativos que se pueden diseñar a través de políticas socioeconómicas y de planificación urbana inclusivas.

La educación básica de calidad es imprescindible para que las mujeres y las niñas se beneficien de las oportunidades que brindan las ciudades y para fomentar un sentido de pertenencia y autonomía. Construir infraestructuras pensando en las mujeres tiene beneficios tangibles para todas las personas. Ya sea con rutas ciclistas seguras o la promoción de la inclusión de género en el diseño urbano moderno, ciudades como Atenas, Bogotá, Nairobi, Dakar y San Francisco han demostrado que las urbes que adoptan el liderazgo femenino experimentan un mayor desarrollo socioeconómico y sostenible.

Los encargados de formular políticas deben permitir a las mujeres que den su opinión sobre los diseños de las ciudades y la planificación urbana. Los derechos de propiedad de las mujeres, negados en muchos países, son fundamentales para su futuro y libertades.

A fecha de septiembre de 2022, solo 30 mujeres son Jefas de Estado o de Gobierno en 28 países. A este ritmo, la paridad de género no se alcanzará hasta dentro de 130 años.

Ciudades = cunas de oportunidades femeninas

“Cuidado con la brecha. No dejar a nadie, ni ningún lugar, atrás”, un evento de alto nivel que tendrá lugar el Día Mundial del Hábitat de este año, cambiará la forma en que se nos ha condicionado para reflexionar sobre las ciudades. A través del informe, se mostrarán modelos de planificación, dirigidos por mujeres y niñas, que transformarán las ciudades, y se enfatizará en que el liderazgo femenino es crucial para este cambio.

Las recomendaciones incluyen el nombramiento de una "Embajadora de Diseño para Mujeres y Niñas" y la creación de un "Plan de Acción de Diseño" que establezca cómo se pueden abordar las necesidades y los desafíos que enfrentan las mujeres y las niñas.

Las ciudades podrían considerar la creación de un "Grupo de trabajo sobre igualdad de género en el entorno construido" que orientaría a las autoridades locales, los grupos comunitarios y la policía.

La implementación de una carta de diseño para mujeres y niñas podría mostrar la voluntad política de las ciudades para mejorar sus entornos. Crear conciencia sobre cuestiones de género podría persuadir a los políticos de que los votantes quieren que las mujeres y las niñas estén incluidas, no ignoradas.

Los proyectos de diseño, tanto del sector público como del privado, deben reclutar, retener y promover a mujeres de diversos orígenes.

Ciudades = el pasado y el futuro

Ya sea Benarés en India o Babilonia en Mesopotamia, desde que los humanos inventaron las ciudades por primera vez, han sido crisoles de excelencia social, científica, educativa y cultural. Nos han mostrado, una y otra vez, lo mejor de lo que somos capaces. Durante siglos, nos hemos hecho eco de sus influencias y dan forma a nuestras identidades e ideas actuales.

En el siglo XXI, además de ostentar sus roles tradicionales, las ciudades también deben hacer frente a los desafíos mundiales del cambio climático, el aumento de la pobreza y de la desigualdad. En este Día Mundial del Hábitat, reconozcamos que la igualdad de género es un paso seguro para lograr beneficios económicos, ambientales, políticos y sociales que nos acercan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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