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La próxima frontera

La historia de cómo los humanos están cambiando el planeta Tierra

Hace treinta años, el PNUD participó en la creación de una nueva forma de entender y medir el progreso humano.

En colaboración con los distinguidos economistas Mahbub Ul Haq y Amartya Sen, decidimos desplazar el crecimiento económico como la principal medida de progreso de los países, y pasar a centrarnos en si las personas de los distintos países tenían la libertad necesaria y las debidas oportunidades de vivir una vida valiosa.

De esa colaboración nació el primer Informe sobre Desarrollo Humano (IDH), que aunó la educación, la salud y los niveles de vida para crear un panorama más completo del desarrollo de un país:
no solo examinaba la economía, sino el bienestar de quienes vivían en cada nación.

Treinta años después comprendemos mejor los grandes desafíos que enfrentamos.  Si bien los efectos devastadores de la COVID-19 han dominado los titulares durante meses, las otras crisis, desde el cambio climático hasta la desigualdad, no han desaparecido.

Dar a la Tierra por sentado

El uso de fertilizantes sintéticos, que se multiplicó ocho veces entre 1960 y 2000, y la combustión de combustibles fósiles, han producido la mayor perturbación del ciclo biogeoquímico del nitrógeno desde que este surgió hace 2,5 mil millones de años.

La presión sobre nuestro planeta refleja la tensión que enfrentan muchas sociedades. Aunque los humanos han logrado cosas impresionantes, hemos dado a la Tierra por sentado, y de ese modo hemos desestabilizado el conjunto de elementos que sustenta nuestra existencia en el planeta: estamos eliminando el propio suelo que pisamos. 

Muchos científicos consideran que, por primera vez, en lugar de que el planeta moldee a los humanos, los seres humanos estamos dando forma al planeta. Este conjunto de condiciones ha sido denominado Antropoceno, la era de los humanos, y representa una era geológica completamente nueva, cuyas consecuencias ya se avecinan.

Un momento singular

Se calcula que los índices de extinción de especies son cientos o miles de veces más altos de lo que se considera "normal", lo que apunta a que estamos viviendo la sexta extinción masiva en la historia del planeta. Las cinco extinciones anteriores se debieron a causas naturales. Los seres humanos estamos dando lugar a la sexta.

Este informeplantea preguntas vitales para el futuro de la humanidad.¿Qué es lo siguiente en el ámbito del desarrollo humano?¿Cómo encontramos nuevas rutas que amplíen las libertades y las opciones humanas al tiempo que alivian la presión sobre el planeta?  El Antropoceno no se presta a soluciones claras. Se trata de una situación difícil que debemos enfrentar; una en la cual la protección del planeta sea entendida como la base del progreso, no como un obstáculo a la prosperidad.

Una alternativa necesaria

La pandemia de la COVID-19 ya está amenazando con revertir muchos aspectos fundamentales del desarrollo humano, y demuestra que debemos reavivar nuestra relación con la naturaleza y el planeta si queremos vivir en un mundo más sostenible y más justo.

El IDH de 2020 ofrece una alternativa a la parálisis de cara a un cambio planetario alarmante. Llega en momentos en que la pandemia de COVID-19 ofrece simultáneamente una visión de lo que podría deparar un nuevo futuro, y la oportunidad de que la humanidad cambie de rumbo. Establece métricas ampliadas del desarrollo humano, incluido un nuevo Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Presión Planetaria (IDHP) experimental.

Al ajustar el Índice de Desarrollo humano, que mide la salud, la educación y el nivel de vida de una nación, a fin de incluir dos elementos más -las emisiones de dióxido de carbono de un país y su huella material-, el Índice muestra el modo en que cambiaría el panorama de desarrollo global si el bienestar de las personas y el planeta fueran fundamentales para definir el progreso de la humanidad.

Con el IDHP surge un nuevo panorama global que esboza una evaluación menos colorida pero más clara del progreso humano.

Nuevas formas de avanzar

La prosperidad y el progreso no pueden seguir dependiendo de los modelos actuales.
El informe contiene sugerencias nuevas y fundamentales, y llama a transformar la forma en que vivimos, trabajamos y organizamos nuestras sociedades.

EQUILIBRARLA DESIGUALDAD

El informe sostiene que las sociedades fracturadas están impulsando un enfrentamiento entre las personas y el planeta.

Falsa disyuntiva

No tiene sentido pensar en el desarrollo humano como algo independiente del planeta. Estamos inmersos en la naturaleza. Descuidar este hecho no solo amenaza a las generaciones futuras con riesgos catastróficos, sino que constituye una amenaza para la vida de muchos hoy en día.

Con demasiada frecuencia los informes de desarrollo se centran en la naturaleza o en las personas: se trata de una falsa dicotomía. Sobre la base de la intensa colaboración que se ha venido forjando entre las ciencias naturales y sociales, junto con las humanidades, han ido surgiendo nuevas perspectivas.

El informe de 2020 reúne el más reciente conocimiento sobre ambas esferas, para que podamos analizar el destino de las personas y el planeta uno junto al otro.

Créditos

pg 1. Observatorio de la Tierra de la NASA
pg 2. Izquierda a derecha: Foto ONU/Milton Grant; Foto ONU/John Isaac; Foto ONU/Milton Grantp
g 5. bonandbon/Shutterstock.com
pg 6. Rich Carey/Shutterstock.com
pg 7. NOPPHARAT7824/Shutterstock.com
pg 8. @mikearney/unsplash.com
pg 9. LALS STOCK/Shutterstock.com
pg 10. PNUD Belarús/Sergei Gapon
pg 11. Damsea/Shutterstock.com
pg 12. Parilov/Shutterstock.com
pg 13. PNUD Costa Rica/Priscilla Mora Flores
pg 14. PNUD Vietnam
pg 15. PNUD Bolivia/Miguel Samper
pg 17. PNUD Camboya/Manuth Buth