Un año
en perspectiva

Renovar el compromiso de ayudar a los países a recuperarse de manera equitativa de la COVID-19, con economías resilientes al clima.

A principios de enero de 2020, la COVID-19 se abría paso en silencio en Wuhan, China.

Mapa de China que muestra un círculo alreedor de Wuhan

La mayor parte del mundo no se imaginaba lo que se esperaba ni cómo nuestras vidas se verían transformadas por un virus microscópico.

Mientras el virus avanzaba, las personas seguían con sus actividades diarias ya fueran viajes en aviones, compras en mercados concurridos o reuniones en estadios deportivos, restaurantes y teatros.

El 11 de marzo, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una pandemia mundial.

El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla en una conferencia de prensa sobre el brote de enfermedad por el virus del ébola en la República Democrática del Congo en la Oficina de la ONU en Ginebra.
Foto: Foto ONU/Elma Okic

Grandes urbes cesaron actividades y enmudecieron. Industrias enteras dejaron de funcionar y millones de personas perdieron sus empleos.

Foto: PNUD Turquía/Levent Kulu
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En
pausa

Mientras el mundo se mantenía en vilo, fue evidente que una crisis social y económica igualmente severa estaba avanzando junto con la crisis sanitaria.

En paralelo a la respuesta sanitaria, encabezada por la OMS, el PNUD asumió el liderazgo de la respuesta socioeconómica.

Trabajadores comunitarios en Bangladesh con equipos de protección personal trabajando sobre el terreno para promover la concienciación sobre la prevención de coronavirus, y distribuir paquetes de higiene que incluyen jabón y desinfectante de manos, entre los hogares urbanos pobres.
Foto: PNUD Bangladesh/Fahad Kaizer
+100

En más de 100 países, desde Serbia hasta Tailandia, comenzamos a realizar evaluaciones de impacto para los gobiernos y socios. Nos propusimos atenuar los daños económicos y fomentar una recuperación justa, equitativa y ecológica.

Esto es fundamental, ya que, con el tiempo, las pandemias terminan; pero sin un apoyo económico adecuado, las dificultades económicas se expandirán e intensificarán, y pondrán en peligro vidas, medios de subsistencia y sociedades durante años.

Líneas se ondulan hacia afuera en una imagen animada

Cuando se vinculan con las dos crisis existenciales que afrontamos —el cambio climático y el aumento de las desigualdades— las consecuencias pueden ser catastróficas.

La COVID-19 nos ofrece una oportunidad para avanzar hacia una economía más sostenible.

Foto: PNUD India/Dhiraj Singh
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Proteger a las personas vulnerables

En teoría, las pandemias nos colocan a todos en la misma situación, ya que cualquiera puede contraer un virus. Pero la COVID-19 tiene muchas facetas interrelacionadas, y las personas más pobres y vulnerables son las más afectadas por casi todas ellas.

El PNUD está promoviendo un ingreso básico temporal y una cobertura sanitaria universal. Incluso antes de la pandemia, 100 millones de personas caerían en la pobreza extrema cada año debido al costo de la atención médica.

Nuestro simulador del ingreso básico temporal muestra cuánto costaría sacar a las personas vulnerables de la pobreza en 132 países.

Mapa interactivo se muestra en una exploración web

Las mujeres han perdido más empleos, han tenido que asumir una mayor carga de trabajo no remunerado y han sufrido un aumento en los casos de violencia doméstica. Junto con ONU Mujeres, el PNUD ha creado un Rastreador de Respuestas de Género que hace un seguimiento de las políticas aplicadas por los gobiernos para afrontar la crisis, abordando directamente las necesidades económicas y sociales de las mujeres, así como su seguridad física.

Una mujer con una colorida máscara tejida mira hacia la cámara.
Foto: PNUD Colombia/Oscar Bermeo
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Saber más para hacer más

Cuanto más sabemos, mayor es la eficacia con que podemos actuar.

La plataforma de datos sobre la recuperación socioeconómica frente a la COVID-19 recoge datos de la ONU, organizaciones sin fines de lucro, instituciones académicas, socios para el desarrollo y países de todo el mundo. Es un instrumento para facilitar análisis, información y posibilidades de colaboración, que está en continua evolución y nos permite cambiar de táctica cuando se modifican las circunstancias.

Trabajadores comunitarios en Bangladesh con equipos de protección personal trabajando sobre el terreno para promover la concienciación sobre la prevención de coronavirus, y distribuir paquetes de higiene que incluyen jabón y desinfectante de manos, entre los hogares urbanos pobres.

La pandemia también ha puesto de relieve las consecuencias de la brecha digital. El confinamiento ha demostrado que internet es una necesidad y no un lujo.

Cerrar la brecha digital reduciría en dos tercios el número de niños y niñas que no han recibido una educación debido al cierre de las escuelas.

“El poder que ejercemos los humanos sobre el planeta no tiene precedentes. Frente a la COVID-19, temperaturas que rompen registros históricos, y una desigualdad que se reproduce, ha llegado la hora de utilizar ese poder para redefinir lo que entendemos como progreso, de manera que nuestras huellas de carbono y de consumo dejen de permanecer ocultas”.

—Achim Steiner
Administrador del PNUD

Mientras nos recuperamos de la pandemia, la 30a edición del Informe sobre Desarrollo Humano introduce una medición global experimental que ilustra el desafío que supone combatir la pobreza y las desigualdades al tiempo que se reduce la presión sobre el planeta.

Foto: PNUD Costa Rica/Priscilla Mora Flores
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Las otras crisis sanitarias

“El problema era cómo llegar a la oficina, cómo nos perciben cuando salimos a la calle. No es fácil; somos una población olvidada”.


—Venus, Panamá

La enorme presión que ha ejercido la COVID-19 sobre los sistemas sanitarios ha afectado a quienes están afrontando otras enfermedades. El PNUD está trabajando con sus socios en Kirguistán y Panamá para ayudar a las personas con VIH y las personas LGBTQ.

Foto: PNUD/Grey Díaz

En Guinea Bissau, estamos integrando mensajes sobre la COVID-19 en las campañas de prevención de otras enfermedades, como la malaria.

Camara, una madre de 21 años de 2 hijos, instala sobre su cama la mosquitera que recibió cuando estaba embarazada de su primer hijo.
Foto: PNUD Guinea Bissau/Gwenn Dubourthoumieu

Los largos meses de confinamiento han repercutido gravemente en la salud mental, en especial en países como Siria, donde la población ya se enfrenta a otras grandes dificultades. El PNUD está ofreciendo ayuda en línea.

Un hombre sirio usando su computadora portátil para una videollamada con otro hombre.
Foto: PNUD Siria
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Hacer correr la voz

“Una mentira puede dar la vuelta a medio mundo mientras la verdad aún se está calzando”.


—Mark Twain

La verdad ha sido otra víctima del coronavirus, y la desinformación ha demostrado ser letal. El PNUD está alentando a los gobiernos a liderar la lucha para evitar sufrimientos innecesarios.

Foto: PNUD Nepal

Estamos ayudando a comunidades indígenas del Perú a difundir mensajes de seguridad en sus propias lenguas.

Texto indígena peruano sobre una foto de un hombre y una niña en un bosque.
Foto: PNUD Perú/Monica Suárez Galindo

La oficina del PNUD en Iraq ha puesto en marcha la campaña “Let’s Beat Corona” (Combatamos corona) en diez ciudades.

Una mujer con equipo de protección cuelga un letrero para la campaña "Combatamos corona".
Foto: PUND Iraq

Para crear un panorama más completo, pedimos a ocho importantes fotógrafos que abordaran las consecuencias de largo alcance de la COVID-19 en la exhibición internacional Photoville organizada en Nueva York.

Un activista de los "Escudos Azules" juega con un niño después de pasar el día con los habitantes de los barrios bajos de Los Altos de la Estancia.
Foto: Nadege Mazars
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Un hecho previsible

Un acontecimiento puede preverse. Los expertos en salud pública sabían que no se trataba de “si” llegaría una próxima pandemia, sino más bien de “cuándo” llegaría. Como han demostrado algunos países, es posible estar preparado y establecer una defensa rápida y eficaz. En otros lugares esto simplemente no ha sido posible, ya que la COVID-19 ha hecho mucho más que contagiar a las personas.

Aun así, el virus nos ha demostrado dónde no hemos logrado corregir las desigualdades e injusticias ni la destrucción del mundo natural, y ha permitido ver un claro camino a seguir.

Con los Objetivos de Desarrollo Sostenible como guía, debemos unirnos como comunidad mundial y reconfirmar nuestro compromiso de ayudar a todos los países a recuperarse de manera justa y equitativa, con economías fuertes y resilientes al cambio climático.